lunes, 10 de febrero de 2014

Entrevista a:
Luisa Rivas, Docente de Educación Integral.
Edad: 55 años
Nacida en Cabimas y margariteña de corazón, está en la isla desde los siete años.
Hablar de la gastronomía margariteña de los años sesenta es un poco complejo pero de igual manera vamos recordar esa parte de la margarita de antes.
Ubicándonos geográficamente, estamos conversando de Juan griego, Municipio Gaspar Marcano. me contaba la abuela Vicenta Flórez, quién murió a la edad de 96 años, nunca comió arepa de harina pan) que el mercado quedaba a la orilla de la playa, por donde queda hoy día la estatua de Almirante Brión quedaba el resguardo, (sitio de donde despachaba la policía) cuando no había agua en el pueblo, (la sequía) la gente se desesperaba , e iban a hacer sus colas en horas de la noche para conseguir un tamborcito de agua, era el sitio donde llegaban las gabarras.  La gente hacia recorridos buscando agua.  En muchos pueblos existía algo llamado la alcantarilla, (era un depósito de agua con varias llaves, para repartirle al pueblo. Después cuando llegaron a Margarita los camiones cisterna, ellos llegaban directo a llenar las alcantarillas para que el pueblo se surtiera de agua.
La cocina era un lugar fuera de la casa, construido de bahareque (barro molido con paja) con esto se construía las paredes y caña brava, el techo era de tejas y paja. Se cocinaba con leña, tres piedras y sobre ella montaban el aripo o la cazuela de barro.
Normalmente se preparaba para el desayuno pescado calentado del día anterior, revoltillo de huevos y tortillitas con cebollín y telitas hechas con maíz pilado o raspado. O en su defecto un huevito sudado. Había personas que cocinaban en el suelo y otros mandaban construir un mesón de barro y sobre el cocinaban (cuando estaban cocinando las arepas  sobre el aripo en la parte de afuera colocaban una barra de hierro y sobre el recostaban la arepa de canto para que se terminara de asar con el resplandor de la brasa) en esa brasa colocaban un huevo de gallina criolla y le daban vuelta, cuando el huevo sudaba; le aparecían gotitas de agua en la cascara, el huevo estaba tibio, listo para comer. Era acompañado con bollitos de arepa hechos con el corazón de la arepa.
En el almuerzo, la arepa era más gruesa, acompañada de sancocho de pescado, de res o de chivo y también de cochino. El carite frito era otro de los platos más comunes.
El carite se freía y le agregaban sal y pimienta y lo guardaban para el otro día preparar el sancocho (recordemos que para esa época no existían las neveras todavía) los que tenían nevera de querosén, era porque tenían recursos económicos.  El mero se guisaba con cebolla, bastante ají margariteño y ajo, tres ruedas de mero costaban un bolívar, la raya era salpresa, se sancochaba, desmenuzaba, se batía huevo y se le agregaba ají y pimienta. (la sal que se usaba era sal gruesa o sal marina, la cual era molida con una piedra para desmenuzarla porque venía en terrones)


Sopa de carite frito: el carite se freía el día anterior, en la mañana se ponía a hervir el agua en una cazuela de barro con un poquito de sal y un  ají cortado en 4 pedazos, pelaban la verdura (yuca, ahuyama, ocumo) cortaban los aliños pequeñitos: ají, ajo, cebolla, se ponían a sofreír en una cazuela pequeñita con manteca de cochino preparada con onoto, (en margarita había muchas plantas de onoto) se cocinaba con leña.
El pescado se agregaba al sofrito y este se agregaba a la cazuela con las verduras que ya estaban blandas. Se dejaban aproximadamente diez minutos y luego se retiraba del fogón.
En la época de fiestas cuaresmales (específicamente viernes santo) preparaban frijolito blanco, se colocaba en una cazuela a hervir y esa primera agua se botaba, luego se le agregaba agua que ya tenían previamente caliente, para que terminara de ablandar, luego se le agrega la verdura en pedacitos pequeños: chaco (es batata) ahuyama y plátano pintón, y por último se sofreía ají cebolla y ajo y sal (el aliño) y se le agregaba a la cazuela. Esta era la comida de los viernes santos. Quedaba una cazuela de frijolito seco.
Otra receta de los viernes santos era: arroz con viudita (cazón pequeño, salado)
El cazón se sancochaba y se cortaba en pedacitos, luego en otra cazuela se ponía a cocinar arroz y se le agregaba verdurita pequeña, (batata, ahuyama y plátano) al cazón se le preparaba un aliño y se le agregaba al arroz cuando ya iba a estar, quedaba como un asopado de cazón.
El funche antes se preparaba así:
Harina de maíz pilado, colocaban en una cazuela agua a hervir, se le agregaba una cucharada de manteca luego se le agregaba un puntico de sal y lentamente le van agregando la harina, removiéndola hasta que espese, para saber cuando estaba listo, era cuando empezaba la mezcla a burbujear.  La mezcla se colocaba sobre un paño previamente húmedo y se le daba forma con el mismo paño.
Se acompañaba con papelón con limón o agua de tamarindo, en las mañanas el café era endulzado con papelón. Las casas de antes la mayoría tenia conuco, regaban con agua de los pozos, a veces el agua de los pozos era salobre o dulce.
Los dulces eran: turrón, majarete dulce de mango, dulce de guayaba, conservas de batata, jalea de mamey, suspiros. (en los matrimonios se repartía suspiros a los invitados) mercoche, dulce de lechosa.

Los pozos se llenaban con agua de lluvia y de allí se tomaba el agua para todo, cuando quedaba poco agua en el pozo se hacían fajinas con el pueblo (una cayapa) para limpiar el pozo, el charco que estaba en el fondo del pozo lo colocaban en un caparazón de tortuga  o un tambor. En Juan Griego existían: Pozo blanco, ubicado en punda, el pozo de Ña Leona, ubicado en la vía principal de pedregales. El pozo de los robles, ubicado en el sector San Martín de la población del palito, donde hoy funciona  el centro de salud de Juan Griego, al frente existía un aljibe, los aljibes eran construidos por la gente, él manaba y se iba llenando sólo, el agua era salobre.

Los caminos eran de piedra, no existía la luz, las casas usaban alumbrado de lámparas de carburo, en Juan Griego había una casa donde vendían el carburo. La lámpara era de hojalata tenía dos envases, uno para echar el carburo y otro para echar el agua, también tenía una mecha la cual se prendía y duraba hasta que el carburo en polvo se agotaba. En la cocina siempre quedaban tizones prendidos para agarrar lumbre de allí.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario